viernes, 18 de mayo de 2018

Desde el anticapitalismo hacia las elecciones municipales




Cada día se hace más evidente que el capitalismo ataca a la mayoría de la población mundial: los niveles de precariedad vital aumentan para las clases populares de los países enriquecidos, condenan a la pobreza y la migración forzada a millones de personas en todo el mundo, la crisis ecológica global no para de agravarse, los voceros del sistema fomentan el racismo, el machismo, la LGTBfobia, etc. para dividir a los de abajo, vuelven a crecer los partidos ultraderechistas en Europa, se extienden las guerras imperialistas, el capitalismo engendra ya su próxima crisis económica… En el Estado español, y especialmente en Andalucía, la salida de la crisis económica solo está favoreciendo a unos pocos, condenando a la precariedad y a recortes estructurales de los servicios públicos a gran parte de la gente trabajadora. En este contexto, es vital y urgente construir alternativas políticas revolucionarias. Ya hemos comprobado en los últimos años las limitaciones y contradicciones de los “ayuntamientos del cambio” que les impiden responder realmente a las necesidades de la mayoría de la población.

Pensando globalmente y actuando localmente, las elecciones municipales del 26 de Mayo de 2019 son una excelente oportunidad para impulsar el anticapitalismo en nuestros pueblos y ciudades. Hay que construir desde abajo una salida anticapitalista a la crisis para que los capitalistas responsables la acaben pagando. Hay que repartir las riquezas, acabar con la precariedad y el desempleo, frenar la escalada represiva estatal, expandir los servicios públicos y, en definitiva, construir democracia popular y justicia social. Estos objetivos deberían plasmarse en programas anticapitalistas locales que propusieran, por ejemplo, el impago de la deuda ilegítima, grandes parques de viviendas en alquiler social, expropiación de viviendas vacías, lucha frontal contra la gentrificación y la especulación urbanística, erradicación de la precariedad laboral, expansión del empleo público de calidad, apoyo decidido a cooperativas sociales y ambientales, expansión de zonas verdes, redes de transporte público densas y eficientes, implantación masiva de energías renovables, fuerte apoyo a la lucha feminista y a los colectivos laborales en lucha, no contratar con grandes multinacionales ni bancos, una banca pública… Las elecciones son un buen momento para que se escuchen y debatan las ideas anticapitalistas de ámbito local y también las de ámbito andaluz, estatal y global, como la necesidad de una reforma agraria profunda, la derogación de las últimas reformas laborales, la LOMCE, los copagos y la Ley Mordaza (entre otras leyes), la expulsión del ejército de EEUU de nuestro territorio, la instauración de una república social que acabe con el caduco Régimen del 78, la apertura de las fronteras a todas aquellas personas que buscan una vida mejor para que no tengan que arriesgar sus vidas, la salida de la Unión Europeo fortaleza y de la austeridad, etc.

Además,  las elecciones son una oportunidad para el impulso y la visibilización de las luchas sociales, como las del movimiento feminista, por pensiones dignas, y de muchos colectivos de trabajadores y trabajadoras en lucha como las de las subcontratas de Movistar o las profesoras interinas en educación.

Un programa municipal anticapitalista debe construirse desde abajo mediante la participación popular en asambleas y herramientas de participación en internet. La construcción desde abajo debería impregnar todo el proceso municipalista, desde el programa a la confección de las listas y el desarrollo de la campaña. Esta manera de funcionar radicalmente democrática construye un poder popular que va más allá de épocas electorales y se refleja en una práctica realmente transformadora en las instituciones, ya sea desde el poder de las alcaldías o en la oposición. Una acción institucional cuya única prioridad es el apoyo de las luchas en la calle y los centros de trabajo, y la construcción de poder popular alternativos al de las instituciones capitalistas. Orientar el trabajo municipal a canalizar las luchas sociales hacia la aprobación de mociones que no se cumplen, desarticulan y desaniman dichas luchas es un error grave. Tenemos que hacer todo lo contrario: hablar en los plenos municipales, por encima de las cabezas de los políticos del sistema, para la gente que lucha, con sus mensajes, al tiempo que las apoyamos con todas nuestras energías y de forma prioritaria para arrancar reformas parciales de las manos de los políticos del Régimen al tiempo de vamos construyendo el poder popular que acabe echando para siempre a esos políticos y acabando con sus instituciones burguesas de democracia de cartón piedra. La acción desde las alcaldías podrá enfrentarse con potencia al sistema solo si se apoya en un poder popular robusto y anticapitalista que tenemos que ir construyendo desde ya, desde una oposición combativa, asamblearia y solidaria en las calles.
Colectivo Acción Anticapitalista






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