No más muertes en el mar,
no más detenciones por cooperar.
Julio, Manuel y José Enrique, tres bomberos sevillanos, han dejado a su familia y amigos para ir a Grecia a salvar vidas. Se unieron con otras miles de personas de Grecia y de todo el mundo que están organizando redes de acogida y de solidaridad con las personas refugiadas que llegan desde Turquía a las islas griegas cada día. Y el agradecimiento que recibieron del gobierno y de la policía griega fue mandarlos al calabozo. Los acusaron de “tráfico de personas”, posesión de armas y de otros delitos. Es indignante. Los movimientos antirracistas en Grecia y en Sevilla han dado todo su apoyo a los detenidos. En Sevilla tuvo lugar una concentración frente al Ayuntamiento el pasado sábado 16 de enero con consignas como “UE sin fronteras”, “Ninguna persona es ilegal”, con la presencia de compañeros bomberos, otros colectivos -entre ellos Acción Anticapitalista-y numerosas personas que acudieron a apoyar. Esa misma noche Julio, Manuel y José Enrique fueron puestos en libertad sin cargos tras pagar una fianza, después de permanecer tres días detenidos. Ahora tienen un mes para depositar una fianza de 5000 euros cada uno como garantía de que volverán a Grecia en caso de ser reclamados por sus autoridades. Su abogado ha explicado que se trata de una medida temporal, ya que aún los jueces han de decidir si deberán ir a juicio o quedan directamente absueltos. Los tres bomberos viajan mañana de vuelta a Sevilla, pero hoy están de nuevo en el mar tratando de salvar vidas. Y otros seis bomberos de Proem-Aid, la misma organización humanitaria, -cinco de Sevilla y uno de Valencia- han partido ya hacia Lesbos para relevar a sus compañeros. Bravo por ellos, están dando una lección con su valentía y esta clara muestra de que la UE y sus gobiernos no van a conseguir debilitar al movimiento de solidaridad con estas artimañas. Salvar vidas de personas inocentes está por encima del miedo y no conseguirán intimidarnos.
No se trata de un “error”, ni de un caso puntual. Está en marcha una campaña contra el movimiento de solidaridad en Lesbos y las demás islas griegas. Es una campaña organizada por la Unión Europea, sus gobiernos (con el gobierno griego en primera línea), sus mecanismos monstruosos, como Frontex y la policía griega. Las últimas semanas la policía ha entrado en campamentos auto-organizados y ha desmantelado estructuras solidarias, acusando a los voluntarios y voluntarias de ser “ilegales”. Acusaron a las organizaciones solidarias de poner en peligro la vida de refugiados porque utilizan salvavidas de mala calidad. Ahora empiezan una serie de controles a las embarcaciones de estas organizaciones y personas solidarias, las paran y las detienen por ser “ilegales”. Junto con los tres bomberos han detenido a dos cooperantes daneses. No es la primera vez que llevan a cabo acciones de este tipo; la acusación contra activistas del movimiento antirracista por parte de la policía suele ser el de “tráfico de personas”.
La verdad es que el movimiento de solidaridad ha estropeado los planes de la Unión Europea, y de ahí viene toda esta venganza. La política de los gobiernos europeos es no dejar a los refugiados y refugiadas llegar hasta las islas griegas y pedir asilo. No hay día sin personas ahogadas en el mar Egeo. Sólo en los primeros 11 días de este año han muerto 47. Vienen familias enteras, y siempre entre ellas hay niños y niñas. La respuesta de la UE es Frontex, una institución militar para intimidar e impedir la llegada de regugiad@s. Frontex recibió 97 millones de euros en 2014, 114 millones en 2015 y 176 millones en 2016. Sin embargo, no tienen dinero para salvavidas de calidad, y dejan al movimiento de solidaridad buscarse la vida. Frontex y los gobiernos europeos prefieren que los y las refugiadas mueran antes de que lleguen a Europa. Se trata de la mano armada que pone en práctica la política de la “Europa fortaleza”.
El movimiento antirracista y antifascista en Grecia, KEERFA, organiza el 21 y 22 de enero una manifestación nacional en Evros, en la frontera con Turquía, exigiendo que se abra la frontera terrestre. Al lado del río Ebro, que separa los dos países, se ha elevado una valla de 12 km con cuchillas contra migrantes y refugiad@s. La valla se pagó con dinero de la UE. El gobierno de Syriza había prometido que iba a quitar la valla, pero ahora dice que sería “prematuro”. Mientras, familias enteras seguirán ahogándose en el mar. La sangre de estas personas está en las manos de los gobiernos de la UE, entre ellos el gobierno de Rajoy.
No olvidemos que la mayoría de la gente que llega a las islas griegas y quiere seguir su camino en Europa, viene de países que han sufrido la agresión europea y estadounidense. Los doce millones de sirios y sirias que han tenido que dejar sus casas, son resultado de la guerra y de la ocupación de Iraq, y de la agresión imperialista en toda la región. Un camino aun más largo hacen las personas que llegan desde el lejano Afganistán; también viene gente de Iraq y de Somalia. Por todo ello es fundamental que, además de apoyar el actual movimiento de solidaridad con los y las refugiadas, organicemos un fuerte movimiento contra la guerra que denuncie y se oponga de forma contundente al origen de esta catástrofe humanitaria.
Organicemos la resistencia. Mandamos nuestra solidaridad a los cinco cooperantes que fueron detenidos y a todos y todas los que están desempeñando su labor en las islas griegas, así como al movimiento antirracista en Grecia. NO A LA FORTALEZA DE LA UNIÓN EUROPEA. FRONTERAS ABIERTAS PARA TODOS Y TODAS.
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