sábado, 11 de junio de 2016

Por un voto crítico y anticapitalista a Unidos Podemos



La repetición de las elecciones generales el 26 de Junio es un claro fracaso de la clase dirigente. En un momento en el que necesitan seguir exprimiendo a la gente trabajadora con la excusa de la austeridad y los arbitrarios límites de déficit público, no han sido capaces de impulsar un gobierno a su medida. A pesar de lanzar, con relativo éxito, la operación populista de derechas de Ciudadanos con el objetivo de frenar a Podemos. Desde el Colectivo Acción Anticapitalista (CAA) celebramos este fracaso. 
 

Los resultados de las últimas elecciones generales del 20 de Diciembre de 2015 mostraron un claro giro a la izquierda, reflejada especialmente en la fuerte irrupción de Podemos, siguiendo la senda de varias elecciones autonómicas y municipales. Sin embargo, este giro hacia posiciones de izquierda reformista no es suficiente para responder a las necesidades de las clases populares y trabajadoras en un escenario de un capitalismo en crisis tremendamente agresivo, lo que se refleja desde las guerras imperialistas en Oriente Medio a la austeridad de la Unión Europea, pasando por el maltrato y la condena a muerte de migrantes en el Mediterráneo. 
 

Los gobiernos reformistas de izquierda en Francia y Grecia nos muestran claramente los límites del reformismo. En Francia, el Partido Socialista Francés acaba de aprobar por decreto una reforma laboral que ataca frontalmente a los derechos de la gente trabajadora para enriquecer a los de arriba y, en Grecia, el gobierno de Syriza despliega la austeridad más atroz al tiempo que colabora activamente en la represión a las personas refugiadas.


Al mismo tiempo, también Francia y Grecia nos muestran el papel clave de las luchas sociales en las calles y los centros de trabajo contra los ataques y los recortes de libertades de la derecha y las izquierdas reformistas.




En el Estado español, a pesar del discurso de la casta del PPSOE sobre la salida de la crisis, presumiendo de sus cifras macroeconómicas, las clases populares y la gente currante aún seguimos sufriendo su crisis. Sufrimos niveles insultantes de desempleo, precariedad laboral, desahucios, emigración forzada, degradación ambiental, recortes de servicios públicos, etc. Estos efectos de la crisis capitalista son aún más brutales en nuestra tierra, Andalucía, sumida aún en la subalternancia política y económica.




En este contexto internacional, estatal y andaluz, necesitamos una alternativa política claramente revolucionaria que impulse las luchas sociales desde abajo y plantee una salida anticapitalista a la crisis sistémica, empujando en la construcción de poder popular entre la gente trabajadora. Desde CAA venimos participando en No Hay Tiempo Que Perder (NHTQP) con este objetivo.



La dirección estatal de Podemos ha ido girando a la derecha desde sus inicios apoyándose en la herencia del Movimiento 15M. Un vuelco a la derecha desde el supuesto Podemos-movimiento social en su programa, en su práctica política y en su discurso. Una estrategia guiada por el populismo de Iñigo Errejón que queda, una y otra vez, en evidencia cuando pregona la supuesta “transversalidad” de un proyecto que no es “ni de izquierda ni de derechas”, al mismo tiempo que pacta con Izquierda Unida (IU) y se nutre de un electorado claramente de izquierda y de clase trabajadora. El populismo de Podemos, en una huida hacia delante desesperada por votos, intenta contentar a todo el mundo (incluyendo a la clase dirigente) en un panorama en el que la lucha de clases se hace cada vez más evidente. Al mismo tiempo, el sector supuestamente “anticapitalista” de Podemos, con Teresa Rodríguez a la cabeza, prioriza cada vez más la táctica institucional, supeditando el impulso de las luchas sociales a un segundo o tercer plano. Se aleja así cada vez más del anticapitalismo que pregona, cada vez en menor medida y con menos convencimiento.


Este enfoque populista y reformista de la dirección de Podemos le ha llevado a abandonar reivindicaciones claves para que la crisis la acaben pagando quienes la han provocado, como, por ejemplo, una renta básica para tod@s, la recuperación del control público en los sectores estratégicos de la economía, la prohibición de despidos en empresas con beneficios o un referéndum vinculante sobre la salida de España de la OTAN. Tanto ha girado a la derecha, que la dirección de Podemos está ahora deseosa de pactar con la casta del PSOE, un partido hundido hasta sus cimientos en el Régimen corrupto del 78 y al servicio del capitalismo. Ahora Podemos se presenta a las elecciones en coalición con la burocracia de IU y el PCE, especialistas en apuntalar al PSOE y justificar sus recortes, como vimos con el pacto PSOE+IU en Andalucía en la legislatura pasada. Desde sus orígenes, la dirección de Podemos ha venido construyendo un partido que funciona de arriba abajo, con escasas posibilidades de participación democrática desde sus bases más allá de que la secretaría de organización esté ocupada por Sergio Pascual o Pablo Echenique.



Con estas críticas de fondo, desde el CAA pedimos un voto crítico desde el anticapitalismo para la candidatura Unid@s Podemos, de Podemos e Izquierda Unida (IU) de cara a las elecciones general del 26J en Sevilla. En las provincias donde nuestros compañeros y compañeras en NHTQP de IZAR (Izquierda Anticapitalista Revolucionaria) presentan candidatura (como Almería, Granada y Málaga) pedimos el voto para estas candidaturas anticapitalistas.



Defendemos esta opción electoral en este momento porque no existe ninguna alternativa anticapitalista con bases sociales sólidas que se presente a las elecciones en Sevilla y porque Podemos sigue siendo un factor de inestabilidad para la clase dirigente (recordemos que no obtiene su financiación de la banca) al tener unas bases con raíces en numerosos movimientos sociales como las Mareas, las Marchas de la Dignidad, sindicatos alternativos, la Plataforma de Afectad@s por la Hipoteca (PAH), etc. Además, un gobierno de o con Podemos dentro sería vivido como una victoria por mucha gente trabajadora y, debido a sus bases, sería más sensible y frágil frente a las luchas sociales, ya que si no accediese, al menos, a parte de sus reivindicaciones podría perder de forma acelerada su apoyo social, que en gran parte se movilizó y radicalizó con el 15M y, posteriormente, en otros movimientos sociales.




Finalmente, queremos acabar remarcando que en la situación actual de crisis sistémica capitalista, más importante que votar el 26J es organizarse y luchar desde posiciones anticapitalistas, la única manera de construir realmente un futuro digno para nuestro entorno natural y para nosotr@s mism@s.


Colectivo Acción Anticapitalista

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