La
repetición de las elecciones
generales el 26 de Junio es un claro fracaso de la clase dirigente.
En un momento en el que necesitan seguir exprimiendo a la gente
trabajadora con la excusa de la austeridad y los arbitrarios límites
de déficit público, no han sido capaces de impulsar un gobierno a
su medida. A pesar de lanzar, con relativo éxito, la operación
populista de derechas de Ciudadanos con el objetivo de frenar a
Podemos. Desde el Colectivo Acción Anticapitalista (CAA) celebramos
este fracaso.
Los
resultados de las últimas elecciones generales del 20 de Diciembre
de 2015 mostraron un claro giro a la izquierda, reflejada
especialmente en la fuerte irrupción de Podemos, siguiendo la senda
de varias elecciones autonómicas y municipales. Sin embargo, este
giro hacia posiciones de izquierda reformista no es suficiente para
responder a las necesidades de las clases populares y trabajadoras en
un escenario de un capitalismo en crisis
tremendamente agresivo, lo que se
refleja desde las guerras imperialistas en Oriente Medio a la
austeridad de la Unión Europea, pasando por el maltrato y la condena
a muerte de migrantes en el Mediterráneo.
Los
gobiernos reformistas de izquierda en Francia y Grecia nos muestran
claramente los límites del reformismo.
En Francia, el Partido Socialista Francés acaba de aprobar por
decreto una reforma laboral que ataca frontalmente a los derechos de
la gente trabajadora para enriquecer a los de arriba y, en Grecia, el
gobierno de Syriza despliega la austeridad más atroz al tiempo que
colabora activamente en la represión a las personas refugiadas.
Al
mismo tiempo, también Francia y Grecia nos muestran el papel clave
de las luchas sociales en las calles y los centros de trabajo contra
los ataques y los recortes de libertades de la derecha y las
izquierdas reformistas.
En
el Estado español, a pesar del discurso de la casta del PPSOE sobre
la salida de la crisis, presumiendo de sus cifras macroeconómicas,
las clases populares y la gente currante
aún seguimos sufriendo su crisis.
Sufrimos niveles insultantes de desempleo, precariedad laboral,
desahucios, emigración forzada, degradación ambiental, recortes de
servicios públicos, etc. Estos efectos de la crisis capitalista son
aún más brutales en nuestra tierra, Andalucía, sumida aún en la
subalternancia política y económica.
En
este contexto internacional, estatal y andaluz, necesitamos
una alternativa política claramente revolucionaria
que impulse las luchas sociales desde abajo y plantee una salida
anticapitalista a la crisis sistémica, empujando en la construcción
de poder popular entre la gente trabajadora. Desde CAA venimos
participando en No
Hay Tiempo Que Perder
(NHTQP) con este objetivo.
La
dirección estatal de Podemos ha ido girando a la derecha desde sus
inicios apoyándose en la herencia del
Movimiento 15M. Un vuelco a la derecha desde el supuesto
Podemos-movimiento social en su programa, en su práctica política y
en su discurso. Una estrategia guiada por el populismo de Iñigo
Errejón que queda, una y otra vez, en evidencia cuando pregona la
supuesta “transversalidad” de un proyecto que no es “ni de
izquierda ni de derechas”, al mismo tiempo que pacta con Izquierda
Unida (IU) y se nutre de un electorado claramente de izquierda y de
clase trabajadora. El populismo de Podemos, en una huida hacia
delante desesperada por votos, intenta contentar a todo el mundo
(incluyendo a la clase dirigente) en un panorama en el que la lucha
de clases se hace cada vez más evidente. Al mismo tiempo, el sector
supuestamente “anticapitalista” de Podemos, con Teresa Rodríguez
a la cabeza, prioriza cada vez más la táctica institucional,
supeditando el impulso de las luchas sociales a un segundo o tercer
plano. Se aleja así cada vez más del anticapitalismo que pregona,
cada vez en menor medida y con menos convencimiento.
Este
enfoque populista y reformista de la
dirección de Podemos le ha llevado a
abandonar reivindicaciones claves para que la crisis la acaben
pagando quienes la han provocado, como, por ejemplo, una renta
básica para tod@s, la recuperación del
control público en los sectores estratégicos de la economía,
la prohibición de despidos en empresas con beneficios o un
referéndum vinculante sobre la salida de España de la OTAN.
Tanto ha girado a la derecha, que la dirección de Podemos está
ahora deseosa de pactar con la casta del PSOE, un partido hundido
hasta sus cimientos en el Régimen corrupto del 78 y al servicio del
capitalismo. Ahora Podemos se presenta a las elecciones en coalición
con la burocracia de IU y el PCE, especialistas en apuntalar al PSOE
y justificar sus recortes, como vimos con el pacto PSOE+IU en
Andalucía en la legislatura pasada. Desde sus orígenes, la
dirección de Podemos ha venido construyendo un partido que funciona
de arriba abajo, con escasas posibilidades de participación
democrática desde sus bases más allá de que la secretaría de
organización esté ocupada por Sergio Pascual o Pablo Echenique.
Con
estas críticas de fondo, desde el CAA pedimos un voto crítico desde
el anticapitalismo para la candidatura Unid@s Podemos,
de Podemos e Izquierda Unida (IU) de cara a las elecciones general
del 26J en Sevilla. En las provincias donde nuestros compañeros y
compañeras en NHTQP de IZAR (Izquierda Anticapitalista
Revolucionaria) presentan candidatura (como
Almería, Granada y Málaga) pedimos el voto para estas candidaturas
anticapitalistas.
Defendemos
esta opción electoral en este momento porque no existe ninguna
alternativa anticapitalista con bases sociales sólidas que se
presente a las elecciones en Sevilla y porque Podemos sigue siendo un
factor de inestabilidad para la clase dirigente (recordemos que no
obtiene su financiación de la banca) al tener unas bases con raíces
en numerosos movimientos sociales como las Mareas, las Marchas de la
Dignidad, sindicatos alternativos, la Plataforma de Afectad@s por la
Hipoteca (PAH), etc. Además, un gobierno de o con Podemos dentro
sería vivido como una victoria por mucha gente trabajadora y, debido
a sus bases, sería más sensible y frágil frente a las luchas
sociales, ya que si no accediese, al menos, a parte de sus
reivindicaciones podría perder de forma acelerada su apoyo social,
que en gran parte se movilizó y radicalizó con el 15M y,
posteriormente, en otros movimientos sociales.
Finalmente,
queremos acabar remarcando que en la situación actual de crisis
sistémica capitalista, más importante
que votar el 26J es organizarse y luchar desde posiciones
anticapitalistas, la única manera de
construir realmente un futuro digno para nuestro entorno natural y
para nosotr@s mism@s.
Colectivo
Acción Anticapitalista
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