martes, 28 de febrero de 2017

READMISIÓN DE LOS EVENTUALES DE LIPASAM YA ¡NI UN PASO ATRÁS!



Los eventuales de LIPASAM, la empresa municipal de limpieza pública de Sevilla, continúan en la brecha reivindicando sus derechos. Han estado hasta hace pocos días en una situación de total incertidumbre donde la empresa les comunicó el pasado octubre que no volverían en futuras campañas. La movilización es la única arma de la que disponen est@s trabajador@s para la defensa de sus derechos laborales ante el avance de las políticas neoliberales de recortes y ataques constantes a la clase trabajadora. Por la cual piden comprensión y apoyo ante esta grave situación. Los más afectados lógicamente son l@s trabajador@s, que tienen que recurrir a la lucha en defensa de sus puestos de trabajo que ya tenían y para reivindicar que LIPASAM sea una empresa pública que garantice unos servicios públicos de calidad, ahora en peligro de privatización mediante la externalización.
Las medidas adoptadas por la empresa son la antesala de una drástica disminución en las contrataciones de eventuales, algo que consideramos que va hacia la búsqueda del despido libre. Ahora bien, cuando la empresa les comunicó que no volverían a trabajar –sin mediar ninguna explicación– y les cerró la puerta en la cara, el colectivo de eventuales, lejos de rendirse, comenzó una serie de movilizaciones que aún perdura. El viernes 17 de febrero emprenden nuevamente otra ola de movilizaciones con marchas desde la central de LIPASAM hasta el Ayuntamiento, sin fecha final hasta que se les readmita. Reclaman su reincorporación inmediata al trabajo y el mantenimiento del empleo, amparándose en el convenio colectivo de LIPASAM y en una resolución de julio de 2016, que establece la conversión de los contratos eventuales en indefinidos.
Desde el Colectivo Acción Anticapitalista apoyamos a l@s trabajador@s eventuales de LIPASAM, tanto en sus convocatorias de huelga de 2013 como en las reivindicaciones que vienen haciendo a raíz de la exclusión de est@s 60 trabajador@s. Es imprescindible que a estas se sume la totalidad de l@s trabajador@s y que se garantice el empleo de tod@s para no dividir a la plantilla como pretende la patronal y los sindicatos que la cubren. L@s eventuales no son moneda de cambio como desde hace mucho tiempo pretenden. Para comprender el conflicto es necesario hacer un recorrido para conocer sus antecedentes, ¿por qué se ha llegado a esta situación?
Huelga de 2013


Los motivos laborales más importantes sobre los cuales se asentaba esta huelga eran la reducción salarial del 5% y la conversión de los contratos en días, de manera que aumentaba la jornada laboral. Esto provocaría que hubiera menos descansos y un gradual descenso en la contratación de trabajador@s eventuales. El propósito de la patronal no era otro que ganarle terreno a l@s trabajador@s para ir hacia agentes económicos privados y atentar contra los servicios públicos externalizando talleres y reduciendo presupuestos.
Por ello, y tras una serie de sucesos relacionados, más de un millar de trabajador@s de LIPASAM se movilizó por las calles de Sevilla. Las trabajadoras y trabajadores de Mercasevilla se sumaron también en medio de un gran despliegue policial y un bombardeo masivo y continuo de los medios afines al régimen. Ambas empresas tienen mucho en común: a pesar de ser consideradas públicas, su gestión es completamente privada y existe una gran opacidad en la rendición de cuentas, plantillas y bolsa de empleo, etc. L@s trabajador@s de Mercasevilla –empresa en la que el 51% del capital es del Ayuntamiento de Sevilla– ya venían de una trayectoria de lucha. Salieron a la luz unas grabaciones de audio en las que su director, Fernando Mellet, exigía a unos empresarios hosteleros andaluces la suma de 450.000 euros a cambio de lograrles una ayuda de 900.000 euros para impartir cursos de formación, en uno de los episodios de la trama de corrupción de los EREs de Andalucía.
La de 2013 fue una huelga compleja, sobre todo para las trabajadoras y trabajadores de LIPASAM. El Ayuntamiento mantuvo el pulso para que Antonio Bazo (Portavoz del Comité de Empresa de LIPASAM, de CCOO) decantara la balanza en favor de la patronal. Esta movilización supuso una patata caliente para Zoido y los suyos. La basura seguía amontonándose por millares de toneladas en las calles de Sevilla, y sólo pasado más de una semana comenzó el diálogo y la negociación.
A l@s trabajador@s se les propuso llegar a un acuerdo totalmente insuficiente que, en una votación a mano alzada, fue rechazado por fijos y eventuales. Aquello no convenció a nadie. Así que el Comité de Empresa creyó mejor repetir las votaciones y convocar una nueva asamblea en un marco muy diferente, el Palacio de Congresos, y a puerta cerrada. El colectivo de eventuales no pudo votar en dicha asamblea. L@s trabajador@s iniciaron la reunión lanzando gritos de “¡Zoido, dimisión!”. A grandes rasgos, lo que trataban de imponerles era una reducción salarial del 3,6% (frente al 5% que planteaban al principio), un aumento de la jornada a 37’5 horas semanales y su gran caballo de Troya: la regularización de la bolsa de trabajo con el compromiso de contar con quienes figuraban en ella en aquel momento. Esto último dividió a l@s trabajador@s y fue el motivo principal para que se decidiera parar la huelga.
A l@s eventuales se les discriminaba y no pudieron ejercer el voto secreto como el resto del personal. Desgraciadamente, el resultado fue de 846 votos a favor y 135 en contra para aceptar el preacuerdo pactado por arriba. Así se acabó en ese momento con la lucha para la consecución de unos derechos laborales dignos y volvió a ganar la patronal.
Eran los tiempos donde el actual Ministro del Interior, José Ignacio Zoido (PP) era alcalde de Sevilla. Su sucesor y actual alcalde, Juan Espadas (PSOE), que en aquel momento estaba en la oposición, apoyaba la huelga hipócritamente tan solo con miras electoralistas. La izquierda institucional no tenía suficiente fuerza para resistir los envites del gobierno municipal. Tampoco existía un sindicato combativo dentro de la empresa lo suficientemente potente como para hacer de contrapeso a los verticales y colaboracionistas con la patronal (CCOO y UGT). Hasta Espadas tachaba de “irresponsabilidad y falta de respeto a los trabajadores” estas medidas y decía que “degradaba la imagen como empleados de la basura”. Por entonces, Antonio Bazo (CCOO) jugaba un papel determinante, rechazando las acusaciones de vandalismo del Ayuntamiento hacia l@s trabajador@s de LIPASAM y alegando que “la plantilla está más unida que nunca porque sus reivindicaciones son justas”.
Posteriormente, algo cambió notablemente en Bazo y pasó a definir las propuestas del Ayuntamiento de “interesantes; se ajustan al acuerdo tanto para una parte como para la otra y a las reivindicaciones que venimos haciendo”. Estos burócratas venden humo, necesitan de su poder para pactar con la patronal. En aquel caso fue Zoido, y ahora es Espadas quien necesita de sus pactos para que no cambie nada. Por nuestra parte, la clase trabajadora necesitamos la movilización y la lucha.
Vídeo de manifestaciones de los trabajadores frente al Ayuntamiento en 2013:


Acuerdo con el SERCLA, nuevos criterios excluyentes en la bolsa de empleo y plenos: se abre un nuevo horizonte
El Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales de Andalucía (SERCLA), con efectos sobre 330 trabajadores de la anterior bolsa de empleo especifica que: "se consideran trabajadores indefinidos no fijos por tiempo discontinuo aquellos eventuales procedentes de la bolsa de empleo temporal de 2005, que fue sustituida en 2009, y que integraran la citada bolsa a 31 de diciembre de 2012 y cuyos contratos han tenido un carácter cíclico a lo largo de estos años". Esta fue una victoria importante de aquell@s trabajador@s que estaban a partir de esa fecha –y el colectivo de eventuales lo reconoce abiertamente-, aunque no hay que ignorar que excluye directamente a cualquiera que fuese contratad@ después de esa fecha, como es el caso de est@s 60 trabajador@s eventuales que se manifiestan presionando en las puertas del Ayuntamiento durante estos días. Se les puso un filtro amparándose en la antigüedad para luego aplicar unos criterios reguladores mediante los cuales se les excluía de la posibilidad de seguir trabajando en LIPASAM y entrar en la bolsa. Quisieron dividir nuevamente a la plantilla con estas medidas de “ajuste” que venían condicionadas por el turnismo de los gobiernos municipales del PPSOE –de Zoido a Espadas–, pero no esperaban que much@s trabajador@s se unirían entorno al Sindicato Andaluz de Trabajador@s (SAT), un sindicato combativo que ya se había implantado en la empresa años antes para pelear por los derechos laborales.
En 2013 entraron a trabajar periódicamente las primeras personas bajo la definición de los famosos programas de “integración social”, por el Servicio Andaluz de Empleo (SAE), como refuerzos para cubrir los picos de trabajo de Feria, Navidad y verano. En 2014, 2015 y 2016 los llamaba directamente LIPASAM. El Ayuntamiento, con Espadas a la cabeza, ya estaba preparando esa conversión de la “integración social” de Zoido para fomentar la exclusión laboral y promover la «liberalización» de la bolsa de empleo de LIPASAM donde est@s trabajador@s, en principio, ya no tenían cabida.
El colectivo de 60 eventuales de LIPASAM hasta hace no mucho no han obtenido apoyo institucional por parte de las fuerzas más a la izquierda, tan sólo tenían a su sindicato (SAT). Han sido incansables y persistentes; no han parado de manifestarse y visibilizarse a las puertas del Ayuntamiento desde octubre y haciendo marchas por toda la ciudad. En un principio, tanto Participa Sevilla como Izquierda Unida (IU) se inclinaban por concentrar los esfuerzos en la apertura de la bolsa de empleo, ya que entendían que existía mucha opacidad y monopolio de esta empresa pública en la gestión. Desde el SAT nos parecía que era un proceso interesante y necesario, pero que se demoraría mucho y que no era incompatible con las reivindicaciones actuales de est@s trabajador@s para presionar al PPSOE. Entendíamos que esta posición no respondía a las necesidades de emergencia social y laboral que tienen estas trabajadoras y trabajadores. Su categoría de eventuales les otorga legalmente el derecho al reconocimiento como trabajador@s indefinid@s, según establecen los convenios de LIPASAM.
Por la defensa de los servicios públicos y contra la precariedad laboral ¡Ni un paso atrás hasta la victoria!
El Comité de Empresa, presidido todavía por Antonio Bazo, y el gobierno municipal, están debilitándose mucho. Saben perfectamente que este colectivo de trabajador@s está ahora más unido, organizado y con más fuerza que nunca. Temen que la readmisión suponga una ruptura en las dinámicas de poder sindicales dominantes en LIPASAM, donde la burocracia de los sindicatos verticales y colaboracionistas (CCOO y UGT) no ha parado de negociar a espaldas de l@s trabajador@s, en favor de un pacto con la patronal y de manera insuficiente para quienes prestan su fuerza de trabajo diariamente.
Las cosas han cambiado considerablemente, y ahora sí que tanto Participa Sevilla como IU han decidido apoyar a este colectivo en lucha abiertamente. Habría que hacer especial mención a la dedicación de Sofía González (Participa y SAT) y de Cristina Honorato (Participa), que han sabido escuchar las reivindicaciones de estas trabajadoras y trabajadores, y que han contribuido con su persistencia, junto a IU y a Ciudadanos, a forzar el apoyo a este colectivo de cara a próximos plenos. Es tal este ejemplo de lucha, que el Comité de Empresa ha virado sus posiciones en los últimos días y ahora "apoyan estas movilizaciones" y se han sentado a negociar con el abogado de l@s eventuales para llegar a un "acuerdo extraordinario". Grandes avances, fruto de la lucha en la calle, la constancia y la tenacidad de estas trabajadoras y trabajadores. Está aún por ver qué condiciones les ofrece el Comité.
Animamos a la actual plantilla de LIPASAM a solidarizarse con este colectivo de eventuales, ya que si la patronal sigue ganando espacio puede condicionar el aumento de sus jornadas laborales y atentar contra sus derechos a base de reales decretos. Esta situación les suena bastante después de la que desencadenó las huelgas de 2013. Las agresiones y la pérdida de derechos solo pueden generar conflictos internos y a la larga un empeoramiento de las condiciones para tod@s. “Estos compañeros no deben temer por su empleo, ya que tienen más puntuación que nosotros amparados por el número de contratos firmados”, afirman desde el colectivo de eventuales.
Por otro lado, la ciudad sigue creciendo demográficamente y la plantilla actual no es suficiente, cada día aumentan las quejas por la falta de limpieza en los barrios (sobre todo los periféricos). Si además prescinden de est@s trabajador@s eventuales, la calidad del servicio descenderá significativamente. Además de la defensa básica de los derechos laborales, y del amparo legal que hemos mencionado que encuentran en este caso, mandar a estos trabajadores al desempleo no es lógico si se quiere garantizar la calidad de los servicios públicos, porque hay mucho trabajo que desempeñar. Defendemos unos servicios públicos de calidad. Todo el mundo quiere vivir en una ciudad limpia porque también contribuyen con sus impuestos para que así sea. Esto implica indiscutiblemente defender unas condiciones laborales dignas para l@s trabajador@s, y negarnos a su precarización y exclusión. Por ello pedimos también el apoyo de los ciudadanos y ciudadanas para garantizar el empleo de est@s trabajador@s y la calidad del servicio público municipal.
¡CONTRA LA DESTRUCCIÓN SILENCIOSA Y LA PRECARIZACIÓN DEL EMPLEO PÚBLICO! ¡LA LUCHA SIRVE!

José María Bravo

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