domingo, 30 de abril de 2017

Europa grita: ¡Refugiad@s bienvenid@s!, ¡No al racismo!


Del 18 al 26 de marzo se celebró la Semana Europea de Acción contra el Racismo. El 21 de marzo de 1960 en Sharpeville la policía sudafricana abrió fuego contra manifestantes anti-apartheid. Desde ese año y hasta la fecha un número cada vez mayor de personas exige el cese de la discriminación a las personas por motivo de raza o procedencia.

Las marchas se celebraron en casi toda Europa, al menos en 45 ciudades de 10 países. Así, en Londres se manifestaron 30.000 personas, alrededor de 3.000 caminaron en Glasgow y unas 1.000 en Cardiff.

Alrededor de 15.000 personas recorrieron las calles de Atenas en una manifestación organizada por la izquierda combativa. Entre ellas había una multitud de refugiadas y refugiados de los diversos campamentos construidos por el gobierno de Syriza. L@s manifestantes denunciaron las políticas migratorias de la Unión Europea (UE) y exigieron que se rescindiera el acuerdo de la Unión Europea con Turquía, que sella las fronteras de Europa frente a los millones de refugiad@s que huyen de las zonas de guerra en Oriente Medio y África del Norte y facilita la masiva deportación de estos cuando llegan a Grecia. También exigieron la apertura de las fronteras a través de Europa y corearon eslóganes como Asilo y vivienda para refugiados” y “No a las deportaciones”. También se produjeron protestas en la segunda ciudad de Grecia, Tesalónica, y al menos en otras 6 ciudades griegas.

Varios miles asistieron a protestas en Amsterdam y Viena. Miles de personas se manifestaron en varias ciudades y pueblos daneses y polacos.

Ya en el Estado español, en Donostia salieron a las calles unas 800 personas, reclamando por segundo año seguido el derecho de asilo para l@s refugiad@s. Este año se unieron 57 colectivos y asociaciones sociales para dar respaldo a esta movilización reivindicativa y festiva organizada por SOS Racismo, Medicus Mundi Gipuzkoa y la Coordinadora de ONGD de Euskadi.


En Barcelona fue un acto multitudinario. Acudieron a la cita unas 500.000 personas según los organizadores, si bien la policía, en su habitual alarde de falta de cálculo, habló de unos 160.000 asistentes. En la comitiva hubo 4 bloques: uno formado por voluntarias y voluntarios de la campaña “Volem acollir” (“Queremos acoger”), otro por integrantes de entidades relacionadas con el refugio y la inmigración, un tercero conformado por otras organizaciones sociales y el cuarto por representantes políticos e institucionales. La protesta estuvo respaldada por casi todo el Parlamento, a excepción del partido fascista Plataforma per Catalunya (PPC). La marcha finalizó en el paseo marítimo, frente al Mar Mediterráneo, donde el año pasado murieron más 5.000 personas tratando de llegar al continente europeo.

En Sevilla participamos como Colectivo Acción Anticapitalista en la concentración convocada en Plaza Nueva el 21 de marzo.

Según la Organización Internacional para las Migraciones, en 2016 han muerto 5.082 personas, una media de 14 al día, en su intento por llegar a Europa por alguna de las rutas del Mediterráneo. Las movilizaciones han servido para denunciar este hecho, del que son absolutamente responsables la UE y sus estados miembros. Además, el Estado Español sigue siendo uno de los países de la Unión Europea que menos solicitantes de asilo ha acogido. Mientras Suecia acogía a más 16.000 refugiados por cada millón de habitantes en 2015, en el Estado Español se acogieron 314 por cada millón. Y lo mismo ha ocurrido en 2016, donde nuevamente cerca de 14.600 personas han solicitado asilo. También se criticó la política que se ha impuesto en el Consejo y en la Comisión Europea, porque muestra una absoluta crueldad frente a las necesidades existentes, banaliza los derechos de los potenciales solicitantes de asilo, no cumple con los acuerdos internacionales ni con lo acordado por la propia Unión y además mira hacia otro lado ante los miles de muertos que provoca.
 

Consideramos que la lucha contra el racismo, la xenofobia, la discriminación y el odio al diferente es una lucha que, lamentablemente, a día de hoy es sumamente necesaria. Por eso tenemos que comprometernos a trabajar para conseguir una sociedad en la que la diversidad y pluralidad sean una riqueza en nuestras vidas. Desde el Colectivo Acción Anticapitalista luchamos contra la discriminación y el discurso de odio racista.
Marlene Llorca

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