martes, 9 de mayo de 2017

Entrevista a Cristina Honorato, concejala de Participa en el Ayuntamiento de Sevilla

 “Nos habíamos dejado atrapar en la telaraña del posibilismo”
Participa-Sevilla nació como una iniciativa municipalista ante las últimas elecciones municipales de 2015, recogiendo parte del impulso político del 15M.Dos años después de esas elecciones, en el ecuador de la legislatura, Participa ha agrupado a activistas de movimientos sociales en sus filas, ha apoyado movilizaciones, ha lanzado campañas en defensa de servicios públicos de calidad, ha desarrollado una intensa labor institucional y, presa de contradicciones, ha acabado apoyando los presupuestos continuistas y neoliberales del PSOE para 2017.
Desde el Colectivo Acción Anticapitalista (CAA) entrevistamos a Cristina Honorato (CH), profesora de Secundaria, activista en la Marea Verde y ahora concejala en el Ayuntamiento de Sevilla por Participa. Una activista convertida en concejala que no para de luchar en las calles.


CAA: ¿Qué te llevó a presentarte a concejala por Participa-Sevilla en las últimas elecciones municipales?
CH: El llamado “salto a las instituciones” desde los movimientos sociales o colectivos que no habían participado o apostado por el “juego electoral” creo que fue el resultado de un proceso de reflexión colectiva tras la oleada de movilizaciones como el 15M, las Mareas, la lucha por la vivienda... Después de tomar las calles y las plazas, comenzó a surgir la pregunta: ¿por qué no también las instituciones, secuestradas por aquell@s que teníamos claro que no nos representaban? En Sevilla, el PP ganaba las elecciones municipales con mayoría absoluta tras las históricas movilizaciones del 15M, y llevábamos años sintiendo que el espacio político electoral que conectara con la izquierda alternativa, transforma-dora, asamblearia, rupturista... que rompiera con las lógicas bipartidistas, con el régimen del 78... estaba vacío. Eso me llevó, o nos llevó, a ilusionar-nos y a apostar por la construcción de Podemos como herramienta política de transformación y autoorga-nización social, como una “pata” complementaria al movimiento. Cuando Podemos decidió no presentar-se como tal a las elecciones municipales, muchas personas entendíamos que la construcción política municipalista era clave en la lógica de construir poder popular “desde abajo”. ¿Cómo no apostar por el municipalismo?
CAA: ¿Qué balance haces de la acción de Participa-Sevilla desde las elecciones municipales hasta ahora? ¿Qué cosas crees que deben mejorarse y cuáles crees que son sus puntos fuertes?
CH: Bueno, tras dos años del inicio de esta “aven-tura de entrar en el afuera de las instituciones”, sobre todo nos surgen constantemente preguntas e interrogantes sobre aspectos que son generales, y también específicos de nuestra realidad como Participa-Sevilla y la realidad local.
Hay algo evidente, que esto nunca se había hecho antes, de modo que no teníamos referentes, experiencias previas similares de las que aprender o apoyarnos. Y sobre todo el gran reto: ¿cómo facilitar la construcción del movimiento municipalista, el empoderamiento ciudadano, la transformación des-de la autorganización? ¿Cómo hacerlo desde un espacio ajeno, que está diseñado para todo lo contrario: los tiempos, los espacios, las “lógicas”... y con una realidad en la calle fragmentada, “desinfla-da”, que seguía mayoritariamente asentada en el paradigma electoral, de nuevo en la “delegación”, la ilusión engañosa de la democracia representativa y las políticas estado-céntricas para resolver y cambiar la realidad?
Se suma, además, la presión constante, dentro de estos muros, de “demostrar que también somos capaces de gestionar, de ser eficientes”, otra trampa, pero ¿queremos serlo?, o querer también conseguir victorias, “rascar” pequeños triunfos, y eso también es necesario. Pero la pregunta es también ¿cómo se consiguen estas victorias? ¿A través de acuerdos en despachos o por la pelea en la calle, facilitando la creación de redes, facilitando información que no tiene la ciudadanía...? Y estas respuestas no las podemos contestar nosotr@s solamente, esto tiene que ser fruto de una reflexión colectiva.
Sobre aciertos y errores, es difícil resumirlo en dos o tres líneas. Se ha conseguido romper con, o poner en cuestión, prácticas normalizadas en estos despachos aplicando la limitación de sueldos, la elección de candidat@s con listas abiertas sin pactos, procedimientos abiertos y transparentes de contratación del personal eventual, “donaciones” de sobrantes de sueldos, funcionamiento asambleario y democrático, apostar por las áreas de trabajo como base, espacios abiertos y diversos... Campañas que han logrado conquistas conjugando lucha en la calle, autoorganización y pelea en la institución, como la campaña “Ni un día más una vivienda sin agua”, que consiguió el cambio de políticas de EMASESA para garantizar el derecho al agua, o la campaña “Repara en tu cole”, facilitando el tejido de la red de la comunidad educativa, uniendo luchas como la de los Peones del Ayuntamiento, peleando por la Escuela Pública... Como aspectos negativos, mucho que mejorar, y lo peor es la falta de tiempo para poder pensar en lo importante porque lo urgente te entretiene todo el tiempo, es parte de la trampa institucional... Uno de los principales retos son los territorios y la participación.
CAA: ¿Por qué votaste 'no' a los presupuestos del PSOE en la asamblea de Participa-Sevilla?
CH: Creo que todo lo acontecido alrededor de la aprobación de los presupuestos municipales de Sevilla para 2017 nos ha servido, o al menos a mí me ha servido, para ponernos un espejo delante y decirnos: “Espera, necesitamos pararnos a pensar y preguntarnos una y otra vez: ¿para qué estamos aquí?”, y en esas estamos. Tras lo sucedido el año pasado, al darnos la razón el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía y el Tribunal Supremo, a la demanda que interpusimos al Ayuntamiento por no dejarnos debatir ni votar las enmiendas que presentábamos, entendíamos que habíamos gana-do una batalla al caciquismo del bipartidismo, y al ordeno y mando de la vieja política. Y se vieron obligados a cambiar el procedimiento de aprobación para este año. Impusimos que las enmiendas se debatiesen y aprobasen de forma transparente en la Comisión de Hacienda, sin acuerdos previos de pasillo como quería el PSOE. ¿Y qué pasó? Que nos aprobaron la mayoría de nuestras propuestas, no el PSOE sino la oposición. Nos habíamos dejado atrapar en la telaraña del posibilismo, y era muy difícil escapar de ella en el punto en el que estábamos, pero las preguntas eran: ¿estábamos decidiendo sobre las políticas que se van a llevar a cabo en la ciudad, cuando las propuestas no se llevan a cabo, máxime cuando ni siquiera las había votado favorablemente el PSOE? ¿O se trata de hacer un balance y una evaluación de las políticas del gobierno socialista en la ciudad? ¿Consideramos que, en su conjunto, los presupuestos municipales no vienen a dar un giro en las políticas que esa gran mayoría reclama para dignificar sus vidas, para garantizar el derecho a techo, para fomentar las políticas activas de empleo o para que se lleven a cabo políticas contundentes contra las violencias machistas que nos están matando, cuando el presupuesto en Igualdad no llega ni al 1% del presupuesto general? Pues no, no puedo aprobar las políticas del gobierno del PSOE y, por tanto, su presupuesto, por eso voté no. Fue un debate intenso y reñido, y que creo, como digo, que nos ha servido para poner sobre la mesa debates políticos necesarios sobre ese ¿para qué? Preguntas que igual tienen diferentes respuestas, y me parece positivo que las haya, pero hay que escucharlas, debatir y decidir.
CAA: ¿Cómo ves la relación entre los movimientos sociales y la representación institucional?
CH: Esa es otra de las grandes preguntas, y otro de los grandes debates. Es complejo resituarse cuando vienes del movimiento social y de repente te encuentras en este “afuera”, y también hay muchas maneras de verlo y enfocarlo. A mí me gusta entenderlo de la forma que se plantea en los Encuentros de MAK (Municipalismo, Autogobierno y Kontrapoder). Venimos de un espacio común, los movimientos sociales, las Mareas... y de esa refle-xión colectiva a la que me refería en la primera pregunta, algunas compañeras y compañeros entran en la institución, se cuelan, como espías, como fiscalizador@s, cual Caballo de Troya, pero tenemos una matriz común, y necesitamos un espacio común de debate y de decisión.
La candidatura municipalista sería una herramienta más al servicio de la construcción del movimiento municipalista y el contrapoder ciudadano. Así me gusta verlo, y así me gustaría que fuese. Pero esta es una visión personal. En Participa-Sevilla existen diversos puntos de vista sobre esto. En lo que coincidimos es en el respeto a la autonomía de los colectivos sociales, en estar al servicio de, tolerancia cero a la utilización de los movimientos como ha sucedido en el pasado, la “lógica” se debe revertir, el objetivo es fortalecer el movimiento, no la sigla. También coincidimos en la necesidad de diálogo, de un encuentro con los movimientos sociales para debatir sobre el futuro del municipalismo, sobre ese ¿para qué? Y también sobre el ¿cómo?, a veces más importante.
CAA: ¿Qué piensas de posiciones contradictorias de los nuevos "Ayuntamientos del cambio", como que el alcalde de Podemos en Cádiz defienda la construcción de barcos de guerra para Arabia Saudí con el argumento de crear empleo, o que Ada Colau se enfrentase, especialmente en un principio, a la plan-tilla de TMB en huelga por sus condiciones laborales alineándose con la dirección de la empresa pública?
CH: Uff, también es algo complejo para contestar brevemente. Estar gobernando entraña otras problemáticas y conflictos mucho más difíciles. Debemos entender que ganar elecciones no es tener el poder. Quien se haya creído esa fórmula mágica es hora de que cambie de placebo. Es clave, se necesita, un contrapoder fuerte en la calle para cambiar las políticas y los modelos económicos y de ciudad. En el caso de Cádiz, un movimiento antimilitarista, ecologista... que marque el ritmo de las políticas en este sentido, que dirija, y los servidores municipales que sean meros transmisores o ejecutores. Por desgracia, esa no es la realidad. También y, especialmente, en el caso de Cádiz (que, además, es mi ciudad natal, marcada por unas tasas de desempleo y emigración sangrantes) indigna sobremanera la campaña mediática desatada ¿quién se preocupaba por Yemen antes de la entrevista de Jordi Évole a Kichi? Nadie dijo que fuera sencillo, desde luego, ni que estuviera libre de contradicciones, máxime cuando no haya una calle fuerte que sea la que marque y obligue, a l@s que ganaron elecciones, pero no el poder.


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