Parte del
Personal Docente e Investigador (PDI) de la Universidad de Sevilla (US) fue a
la huelga entre el lunes 22 y el viernes 26 de mayo. Desde los años ochenta no
había habido una huelga convocada por el profesorado de la US. En aquellos
años, se consiguieron muchos derechos y libertades que ahora se disfrutan. Por
ejemplo, el alumnado consiguió el derecho a parar las clases cuando convoca
asambleas, se conquistaron estatutos con una calidad democrática avanzando
respecto a la corrupción franquista, el personal de administración y servicios
(PAS) se movilizó por mejores convenios colectivos, y el profesorado consiguió
un acuerdo de estabilidad laboral para gran parte de la plantilla (el
profesorado no numerario tras una huelga de 40 días consiguió promocionar a
personal funcionario). Desde entonces, la US había visto huelgas estudiantiles
de uno o varios días, fuertes luchas de toda la comunidad universitaria contra
reformas anti-sociales como la Ley Orgánica de Universidades (LOU) del PPsoE y
cierres totales de un día durante huelgas generales, pero ninguna huelga
convocada directamente desde el profesorado.
Desde que estallara la crisis económica de 2008,
reconocida finalmente por el gobierno de Zapatero en 2010, la Universidad
Pública y su comunidad universitaria han sido diana de innumerables ataques
privatizadores y precarizadores, con el objetivo de fondo de hacer de la
Educación Superior un negocio para unos pocos. Estos recortes venían de antes, reflejados
por ejemplo en la LOU de 2001, pero se acentuaron con la crisis como excusa,
conllevando, entre otras cosas, el encarecimiento de las tasas de ingreso, recortes
en becas, plantilla y salarios, una pérdida brutal de poder adquisitivo de la
plantillae inestabilidad laboral de los colectivos más precarios del profesorado.
Entre este profesorado precarizado se encuentra el PDI ayudante doctor y
contratado doctor interino, unos 250 trabajadores y trabajadoras de una
plantilla de más de 7000 personas en la US (sumando PAS y PDI).
Los recortes fueron acumulándose sobre las espaldas
del profesorado de la US año tras año y, al mismo tiempo, ese profesorado fue
auto-organizándose en asambleas autónomas de base de diferentes colectivos de
PDI; asambleas impulsadas en un principio porla sección sindical del Sindicato
Andaluz de Trabajadores/as (SAT). Esas asambleas de base se coordinan desde el
Comité de Empresa (CdE) y la Junta de Personal del PDI, y se encuentran en la
asamblea general de todo el PDI.Además, el SAT consiguió la presidencia del CdE
al ganar las elecciones sindicales entre el PDI laboral (empleados públicos no
funcionarios), apoyado especialmente en el profesorado más precario en el que
centró sus reivindicaciones de mejora, lanzando continuamente el mensaje de que
la lucha colectiva sirve para conseguir avances sociales.
La acumulación de recortes llevó al PDI ayudante
doctor y contratado doctor interino a una posición ofensiva cuando vio que cada
vez más compañeros y compañeras estaban en riesgo de despido tras trabajar en
la US durante lustros. Entonces, este colectivo de PDI pasó de responder de
formar defensiva a los recortes a una ofensiva (“la mejor defensa es un buen ataque”)
exigiendo un nuevo derecho laboral: que el paso de ayudante doctor a contratado
doctor se articule como promoción interna mediante adaptación tras acreditarse
(#PromociónVíaAcreditación) y no mediante un concurso-oposición como había
hasta 2012, cuando los recortes paralizaron las posibilidades de promoción y
estabilidad. Con este objetivo principal, al que sumaron una reivindicación
general que afecta a todo el PDI como es la retirada de los nuevos criterios
insalvables de acreditación de la ANECA para profesorado funcionario, la
asamblea de ayudantes doctores y contratados doctores interinos solicitó al CdE
la convocatoria de una huelga de dos semanas.
Respondiendo a esta petición de la asamblea, el CdE convocó la #HuelgaPDI de forma unánime, aunque impulsado por el SAT. Una huelga activa en las calles y los campus que se desarrolló durante 5 días, desde el 22 al 26 de mayo. La #HuelgaPDI empezó, cada día, con una asamblea a primera hora de la mañana en la que el colectivo de PDI en lucha se reunía para hacer balance, decidir y coordinar las movilizaciones del día. Entre estas movilizaciones hubo reparto de información a la comunidad universitaria, envío de artículos a la prensa, campañas en redes sociales, concentraciones, caceroladas, intervenciones reivindicativas en actos oficiales de la US y una gran manifestación de más de mil personas. La #HuelgaPDI mostró, una vez más, la solidaridad de la comunidad universitaria y la gente trabajadora de Sevilla -incluida una representación de los estibadores en huelga- que apoyaron a un colectivo de trabajadores luchando por un servicio público como la Universidad y contra la precariedad laboral.
La #HuelgaPDI se desconvocó en asamblea tras el
compromiso del Rector de la US de defender la #PromociónVíaAcreditación en la
Mesa Sectorial del PDI de Andalucía. Pero la huelga consiguió mucho más que lo firmado por el Rector:
demostró que un colectivo de trabajadores bien organizados desde abajo y con
ganas de luchar puede desbordar el poder institucional y las burocracias sindicales,
impulsó una red de movilización del PDI precario en las universidades andaluzas
(con huelgas también en las universidades de Málaga y Jaén, y movilizaciones en
Córdoba, Granada y Cádiz), estableció contacto con profesorado en lucha en
universidades catalanas, animó a otros colectivos precarios del profesorado
(como el PDI asociado) a reactivar sus asambleas de base, fortaleció la
coordinación con el movimiento estudiantil, etc.
Tras el rector de la US, casi todos los rectores
andaluces firmaron el acuerdo de defender la #PromociónVíaAcreditación y, como
se temía, en cuanto se retomaron las negociaciones en la Mesa a nivel andaluz
se demostró que la palabra de los rectores no valía nada: le habían mentido con
su firma al PDI en lucha, a la comunidad universitaria y a la sociedad. Los
rectores seguían oponiéndose a lo que habían firmado, a la estabilidaddel PDI
precario apoyada por el parlamento Andaluz, varios ayuntamientos y la comunidad
universitaria. Los Rectores, y el Gobierno Andaluz (sentado también en la Mesa
Andaluza), mostraban con este incumplimiento que tenían miedo a que la lucha de
ayudantes doctores y contratados doctores interinos demostrase que la
movilización colectiva sirve porque se sustentan en un sistema precario y
corrupto que puede desmoronarse bajo sus pies. Esto hace que la #HuelgaPDI y
sus movilizaciones sea más dura pero también más importante.
La movilización continúa en el momento de escribir
este artículo, y con ella el aprendizaje individual y colectivo. Hagamos de
nuestra Universidad, y nuestra sociedad, espacios democráticos libres de
precariedad, mafias y corrupción.
Jesús M. Castillo
Delegado sindical
del SAT y profesor deEcología en la Universidad de Sevilla
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