martes, 4 de julio de 2017

Solidaridad con el movimiento en el Rif y en Marruecos




Desde hace más de un año y medio la gente en la región del Rif y el resto de Marruecos está saliendo a las calles. Están demandando un fin ala humillación (“hogra”) que sufren de manos dela policía y de los oficiales del Estado, inversiones en servicios públicos y trabajo.

El movimiento empezó con el brutal asesinato policial del pescadero Mohcine Fikri en Alhucema. Alhucema es parte de la región del Rif, en el norte del país -una parte de Marruecos política, económica y culturalmente marginalizada-. La región tiene una rica historia de resistencia, tanto contra el colonialismo como contra el régimen marroquí. Las demandas del pueblo Amazigh que vive en la región han sido adoptadas por gente en todo el país.

Las protestas han aumentado en las últimas semanas, y se han ido fortaleciendo por reacción a la represión. Después de años de silencio, la gente sale a las calles en grandes cifras. Las mujeres cogen un papel de líderes en las protestas. El domingo pasado centenas de miles se manifestaron en la capital marroquí, Rabat.

Hace dos semanas el estado intensificó la represión, mandando a prisión al líder del movimiento, Nasser Zafzafi, y a otros. Más de cien activistas están ahora en prisión, enfrentándose a torturas y casos legales fabricados. El régimen está difundiendo mentiras a través de los medios de comunicación y de las mezquitas, sobre el “secesionismo” del movimiento. Estas mentiras circulan también entre la diáspora marroquí en Europa. Pero, por ahora, la represión y la calumnia lo que han conseguido es más gente en las calles y nuevas personas erigiéndose como portavoces.

El movimiento ha aprendido del movimiento del 20 de febrero, que surgió durante la primavera árabe pero se enfrentó con una represión masiva. El movimiento sigue disciplinado, reitera que su naturaleza es no violenta y no da espacio a provocadores. 

Los líderes de los estados de la región tienen miedo de que este movimiento pueda volver a despertar el espíritu militante de las masas, y tienen razón.

Los poderes occidentales en general, y la Unión Europea en particular, han estado siempre muy cerca del rey marroquí, con iniciativas que van desde el programa de extradiciones extraordinarias para torturas hasta los tratados de la Unión Europea que dejan los mares de Marruecos sin peces. Mostramos nuestra plena solidaridad con el pueblo del Rif y de Marruecos y con sus reivindicaciones legítimas: la liberación de todos los presos políticos, inversión en servicios públicos y fin de la militarización del Rif. ¡Todo el poder al pueblo!

Comunicado de la Corriente Socialismo Internacional
14 de junio de 2017

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